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Y
mientras la gran mayoría nos sorprendimos cuando el pasado 25 de noviembre el
Real Zaragoza anunció la contratación de Popovic, horas después de la
destitución de Víctor Muñoz, los dirigentes de la entidad parecieron terminar
con esta decisión con una minuciosa estrategia perfectamente elaborada desde el
comienzo de la temporada.
Entre
algunos de los compromisos que pudo adquirir la Fundación con Agapito Iglesias,
pudieron ser varios, existió supuestamente el acuerdo de que fuera Larráz el
sustituto de Víctor Muñoz siempre y cuando este último comenzase la temporada
siendo el técnico del Real Zaragoza. Larráz no solo fue siempre del gusto de
Agapito Iglesias sino que además era su apuesta firme para esta temporada
siempre y cuando hubiese tenido que continuar como máximo accionista de la
entidad aragonesa. La Fundación pareció aceptar la supuesta condición
convencidos de que Muñoz no empezaría la campaña siendo el entrenador del
equipo.
Parece
ser que los nuevos dirigentes llegaron al Real Zaragoza convencidos de que su
nuevo técnico sería quien ellos querían que fuese, un entrenador joven con
quien se pudo llegar a hablar en su momento pero con quien no se llegó a un
acuerdo al no aceptar las peticiones lógicas, y no económicas, del entrenador
deseado. Tras esto, al tiempo y a pocos días antes de comenzar la Liga, podría
haber aparecido la posibilidad de contratar a Popovic, sugerida supuestamente
por Carlos Iribarren, con quien en teoría ya entonces le unía una gran
relación. Pero eran ya pocos los días que quedaban para comenzar el campeonato,
demasiado tarde pues para apostar por un técnico totalmente desconocido.
Además, en ese momento, Víctor Muñoz contaba con el respaldo de una gran
mayoría de la afición. Un técnico que, conviene recordar, se incorporó a su
trabajo aún sin saber si seguiría en el club y dando una emotiva
rueda de prensa que conmovió a parte de la grada. Parece pues que no les quedó
entonces otra opción que no fuera la de comenzar con Muñoz, un técnico al que
supuestamente no valoraban y cuya posible destitución les condicionaba, ya que,
tal y como señalaba anteriormente, empezada la Liga con Víctor en el banquillo
solo podía ser Larráz su sustituto tal y como podría haberse acordado con
Agapito.
La
Liga comenzó, y pudo ser en ese momento cuando se ideó la supuesta estrategia que de
forma sutil pudiera dar con Popovic en el banquillo del Real Zaragoza, una
llegada que desde la Fundación parece que consideraban que se acabaría produciendo ya que
convencidos parecían estar los nuevos dirigentes de que Víctor acabaría
acusando el desgaste al que iba a ser sometido por cuestiones deportivas y
presiones varias.
Teniendo en cuenta pues el supuesto compromiso al que se pudo haber llegado con Agapito Iglesias de sustituir a Muñoz por Larráz siempre y cuando el primero comenzase la temporada, y habiéndose decidido supuestamente por Popovic comenzada la Liga, la única forma de conseguir el supuesto objetivo era la de lograr que Larráz no fuera trabajador del Real Zaragoza antes de que Muñoz fuera despedido, un pequeño resquicio en el teórico acuerdo alcanzado con Agapito.
Despedir a Larráz antes de hacer lo propio con Muñoz pudo ser parte de una estrategia que acabaría dando con los huesos de Popovic en el banquillo del Real Zaragoza. Despedido Muñoz ya no podía ser Larráz su sustituto al no estar este trabajando para el club. Y así fue. Larráz, injustamente destituido de su cargo contando con el cariño y el respeto de sus jugadores y de la afición, fue destituido de forma sorprendente y aprovechándose del mal ambiente que decían existía entre el técnico del primer equipo y del filial, algo de lo que todos los medios y la afición se hacían eco por aquel entonces. Era pues el momento perfecto para despedir a Larráz, existía entonces una excusa...poco sólida, pero una excusa. Tras esta destitución llegó la de Víctor Muñoz y el fichaje de Popovic, otorgándole a este parte de lo que había solicitado el técnico joven con el que supuestamente negoció la Fundación en verano y que por ellos no fue aceptado.
Teniendo en cuenta pues el supuesto compromiso al que se pudo haber llegado con Agapito Iglesias de sustituir a Muñoz por Larráz siempre y cuando el primero comenzase la temporada, y habiéndose decidido supuestamente por Popovic comenzada la Liga, la única forma de conseguir el supuesto objetivo era la de lograr que Larráz no fuera trabajador del Real Zaragoza antes de que Muñoz fuera despedido, un pequeño resquicio en el teórico acuerdo alcanzado con Agapito.
Despedir a Larráz antes de hacer lo propio con Muñoz pudo ser parte de una estrategia que acabaría dando con los huesos de Popovic en el banquillo del Real Zaragoza. Despedido Muñoz ya no podía ser Larráz su sustituto al no estar este trabajando para el club. Y así fue. Larráz, injustamente destituido de su cargo contando con el cariño y el respeto de sus jugadores y de la afición, fue destituido de forma sorprendente y aprovechándose del mal ambiente que decían existía entre el técnico del primer equipo y del filial, algo de lo que todos los medios y la afición se hacían eco por aquel entonces. Era pues el momento perfecto para despedir a Larráz, existía entonces una excusa...poco sólida, pero una excusa. Tras esta destitución llegó la de Víctor Muñoz y el fichaje de Popovic, otorgándole a este parte de lo que había solicitado el técnico joven con el que supuestamente negoció la Fundación en verano y que por ellos no fue aceptado.
Ya
en la primera jornada de Liga Ranko Popovic pudo estar presente en el Estadio
Municipal de La Romareda acompañado por su amigo Carlos Iribarren. Una visita
que podría haber quedado reflejada en una bonita fotografía que bien podrían
conocer los miembros de la Fundación desde hace mucho tiempo…los miembros de
la Fundación y, evidentemente, algunas otras personas. La aparente falta de
confianza que los dirigentes del Real Zaragoza mantuvieron siempre en Víctor
Muñoz fue reconocida por medios y afición desde el primer instante, incluso el técnico
aragonés pareció ser conocedor desde el primer momento de los sentimientos de
sus jefes y la estrategia que podrían haber diseñado desde el inicio de la
campaña con el claro objetivo de sustituirle en sus funciones, de ahí que
puedan explicarse muchas de sus declaraciones, producto quizás de la rabia
lógica que se produce en quien se siente ninguneado y engañado. Aunque de otra forma se cuente, así pudo ser la historia...
"La humanidad tiene una moral doble; una que predica y no practica, y otra que practica y no predica" Bertrand Russell.