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Hace ya
muchos años que escuché con entusiasmo la posibilidad real de que por fin
tuviéramos en Zaragoza un Espacio Goya que aglutinara todas las colecciones de
Francisco de Goya en nuestra ciudad; las del Museo de Bellas Artes (19
cuadros), la Real Sociedad Económica de Amigos del País (6 cuadros) e Ibercaja
(9 cuadros). Además, habría que señalar todos aquellos pertenecientes a
colecciones privadas y con los que, de acuerdo con la prensa, ya se habían
iniciado conversaciones entonces. Recordemos que en colecciones privadas
aragonesas existen aproximadamente, al menos, y de acuerdo con la Fundación
Goya y la exposición “Goya y Zaragoza. Sus raíces aragonesas”, más de seis
obras…Además de toda la obra gráfica de Goya ubicada en el, hasta hace poco,
conocido como Museo Camón Aznar (244 grabados). Esto sí que sería un auténtico
Museo Goya; un espacio con más de cuarenta cuadros del genial aragonés, sus
grabados, y un lugar donde interpretar las pinturas murales de Muel, El Pilar o
la Cartuja de Aula Dei que, evidentemente, no se pueden extraer pero sí
interpretar.
Lo que
algunos bautizaron el pasado 26 de febrero como “Museo Goya”, no puede
considerarse así si tenemos en cuenta la clasificación museística del
Ministerio de Cultura, atendiendo a esto el Museo al que hacemos referencia no
es sino un museo de bellas artes, con obras de autores desde el siglo XV al XX.
Se trata de un nuevo ejemplo de publicidad engañosa utlizando un nombre, el de
Goya, para movilizar al público y mancillar, de paso, la memoria de Don José Camón
Aznar, auténtico mecenas del museo, habiendo donado al pueblo de Aragón más de
953 piezas.
Hay más
cosas que me preocupan y que considero dignas de ser destacadas. En un artículo
publicado hace algunos días en El Periódico de Aragón, bajo el título; “¿Había
en Zaragoza un Museo Goya?”, Hipólito Gómez de las Roces, persona muy vinculada
al matrimonio Camón y habiendo sido incluso él quien redactara las Actas
Fundacionales, advierte lealmente sobre que pudiera darse el caso de que, debido
al incumplimiento de las cláusulas contractuales por parte de Ibercaja, el
legado Camón pudiera ser retirado del Museo por vía judicial, o extrajudicial, por los herederos....Y herederos directos existen, aunque no
vivan en Zaragoza.
El Museo,
que actualmente y según Ibercaja tiene más de 500 obras expuestas, podría
quedarse exclusivamente con aquellas que realmente son propiedad de la Caja y
con aquellas de la Real Sociedad Económica Aragonesa de amigos del País, estas
últimas solo hasta que la Real Sociedad quisiera, evidentemente. Digamos, para entendernos, que
sería un Museo con apenas cuatro o cinco docenas de piezas y no las quinientas
actuales de las que presumen, se perdería pues todo sentido a la colección,
claro está. Además, se irían también de Aragón las cuatro series de grabados de
Goya; son primeras y segundas tiradas, recordemos que en una subasta en Londres
se subastó una primera tirada de la Tauromaquía, igual que la del Museo, por
medio millón de euros. Debemos tener en cuenta también que, de acuerdo con las
nuevas atribuciones datadas en 2008, en el Museo existen piezas, dentro de la
donación de Camón Aznar, de autores como: Jacopo Bassano, Juan de Juni, Andrea del Sarto, Antoon
Claeissens, Pedro de Campaña, Pietro da Cortona, Juan de Sariñena, Isidro de Villoldo, Pompeo Leoni, Antonio del Castillo, José Ribera, Herrera el Viejo, Francisco Pacheco, Diego Velázquez (atrib.), Juan Valdés Leal, Juan
de Angés, Juan
Carreño de Miranda, Gregorio Fernández, Pedro de Orrente, Francisco
de Zurbarán, Aelbert Cuyp, Anton Van Dyck, Salvator Rosa, Erasmus Quellinus II, Luis Meléndez (Bodegón), Vicente López, José Camarón, Giovanni
Antonio Guardi, Nicola
Maria Recco, Miguel Parra, Corrado Giaquinto, Francisco Bayeu, Ramón Bayeu, Mariano
Salvador Maella, Eugenio
Lucas Velázquez, Eduardo Rosales, Cecilio Pla, Berthe Morisot, Louisse
de Goussain Gauvin, Eugene Carriere, Auguste Renoir (Atrib), Honore Daumier, Jean Baptiste Corot, Camille Pissarro, Paul
Falconer Poole, Joaquín Sorolla, Federico de Madrazo, Antonio
Pérez Rubio, Francisco
Pradilla Ortiz, Darío de Regoyos, Giorgio
Busato, Jaume
Morera i Galícia, Leonardo Alenza, Eugenio
Lucas Villaamil, Muñoz Degrain, Ramón Casas, Isidro Nonell, Salvador Dalí, Juan de Echevarría, Honorio
García Condoy, Ángel
Lizcano Monedero, Emilio
Sala y Francés, Carlos Haes, Mariano
Fortuny y Marsal, Valentín Zubiaurre, José Pinazo Martínez, Pablo Gargallo, Benjamín Palencia, Francisco San José, Francisco Arias, Menchu Gal, José
Gutiérrez Solana, Nicanor Piñole, José Caballero, Vicente
Albiac, Manuel Viola, Manuel
Lahoz, Pablo
Serrano Aguilar, Juan Barjola, Genaro Lahuerta, Álvaro Delgado, Cristobal Toral, Oswaldo Guayasamín, Godofredo
Ortega Muñoz, etc…, piezas
que en el caso de irse supondría el perder un legado de muchos, y digo muchos,
millones de euros donados en su día por la familia Camón Aznar – Álvarez
Pinillos.
La torpeza
de la Caja, el silencio de la prensa y el de los políticos de nuestra
ciudad, pueden acabar con un regalo, un presente que en su día nos cedió el
siempre generoso Don José Camón Aznar. Seguro que desde el cielo, Don José (Camón
Aznar) y Don Francisco (Goya) siguen observando el quehacer de una ciudad que
no ha sido capaz de cambiar en 200 años, una ciudad a la que Goya, con sus
vaivenes y polémicas con el Cabildo y mandamases zaragozanos, recordará desde
donde esté. Seguro que aún hoy, a Don Francisco, en animada charla celestial con el Señor Camón, aún le quema la sangre cuando le nombran a Zaragoza tal y como antaño
transcribió a su buen amigo Zapater: ”Es recordar a Zaragoza y quemarme vivo…”