jueves, 28 de noviembre de 2013

Lo llaman Pepelu, sin más

Foto. Edu Navarro. Periódico de Aragón.
La humildad no es un concepto, es una conducta, un modo de ser y una forma de vida que algunos hacen suya compartiendo con pocos esta patente en desuso. Poco a poco, paso a paso, sin grandes alaracas carentes de fondo pero escandalosos gestos, el técnico del CAI Zaragoza se ha ganado el respeto de la mayoría sin pagar traspaso e impuesto revolucionario alguno. El aprecio por él ganado, sin duda alguna la esencia de las relaciones personales, exige un trato amable y cortés que se aleja del grito y la imposición dictatorial, y ahí es donde se ha sustentado el triunfo de José Luis Abós, en ese respeto que no solo es garantía de transparencia y trabajo sino que además es capaz de crear en el prójimo una seguridad máxima que le permite multiplicar su capacidad de sacrificio y espíritu de superación por el bien del grupo. Con él todos saben que el bote es egoísta y el pase solidario.  


José Luis Abós hace tiempo que se ganó ese respeto que ni se compra ni se vende. No necesitó obsequiar a los suyos con escandalosas risas tan ruidosas como falsas, despreció siempre las cóleras públicas que muchos organizan en sus diferentes escaparates pero que, aún llamando la atención, se transforman en nada cuando llega el momento de pasar a la acción. El técnico del CAI Zaragoza aportó una inusual normalidad a su día a día que en poco lo convirtió en diferente. "Pepelu" se ha ganado ese respeto que se acoge siempre a la verdad con escasos pero sólidos discursos y trabajo conciso, esa gran virtud que bajo ninguna circunstancia tolera la mentira repugnando a la calumnia, a el engaño y a la sumisión.   

El técnico humilde es la mejor fórmula para llevar adelante un proyecto sólido porque sólo él es capaz de saber sin dudar que el éxito del colectivo será el triunfo del individuo, solo estas personalidades desprecian su vanidad y matan su soberbia engrandeciendo de esta forma sus cualidades personales y triunfos profesionales. José Luis Abós, y a continuación afirmo lo que hace años afirmé, como bien saben aquellos que me siguen y el propio interesado, hubiera tenido un reconocimiento de Rey si hubiese respondido al apellido de Abosovic...maldito castellano!!

El técnico aragonés posee la madurez suficiente como para vivir con honor la soledad del técnico, él sabe que las victorias son de otros y las derrotas tan solo tienen un padre. No le importa. ¿Por qué debería hacerlo? El entrenador es el responsable de sacar el mayor rendimiento a una docena de estrellas o estrellitas egoistas que se iluminan y apagan, él es el electricista silencioso que empalma los cables con la suavidad necesaria como para no dañar los circuitos. José Luis cambia poco pero reinventa mucho, los cables que le conceden para cada trabajo nada tienen que ver el uno con el otro, él los empalma siempre...y los vuelve a empalmar año tras año.

Pepelu, como así lo llaman sus verdaderos amigos y aquellos aduladores de pacotilla a los que les gustaría serlo por intereses varios, es ese vecino con el que cada mañana arreglas el mundo en tan solo 60 segundos en ese típico y tópico debate exprés que siempre se genera en ese montacargas que transporta a las personas hasta su dulce morada o hasta la calle agria. El técnico del CAI Zaragoza regala humildad porque hasta para esto se muestra generoso, él siempre está ahí, mirando, observando, escuchando y hablando con todo aquel que quiera hacerlo...Pepelu, tan solo eso.  

                                                   QUIQUE RIVEROLA     


"El trabajo en equipo es la esencia de la vida. Todos somos jugadores de un equipo, nos demos cuenta o no".  Pat Riley.

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