|
Foto. J.L.G |
Cuando las penurias económicas
del club y los deseos de Agapito Iglesias hacían pensar en la presencia de
Larraz como técnico del Real Zaragoza, Pitarch sorprendió a todos con la contratación
de Víctor Muñoz haciendo valer su poder ejecutivo y la libertad de la que gozaría por contrato a la hora de tomar todas aquellas decisiones que tengan relación
directa con su área. Desde un principio, y tal y como se ha venido comentando en este blog a lo largo de los últimos meses, el Director General apostó por un
técnico con experiencia mientras que el máximo accionista tenía puesta su
confianza en Emilio Larráz.
Allá por el mes de noviembre, y tal como señalé en su día Jesús García Pitarch pudo presentar su lista de candidatos ante una posible
destitución del técnico Paco Herrera, ya desde ese instante Agapito Iglesias
manifestó su confianza en el entrenador del filial zaragocista. El Director General del
Real Zaragoza tenía entonces tres candidatos claros; José Bordalás, quien en febrero
firmó por el Alcorcón, Juan Carlos Mandiá, que fichó por el Alavés en
diciembre, y Abél Resinos, a quien pudo llamar en las últimas horas pero con quien no
llegó a un acuerdo. Cuando todo esto hacía pensar que sería Larraz el técnico, Pitarch
sorprendió a todos contratando a Víctor Muñoz, una autentica sorpresa si
tenemos en cuenta las penurias económicas del club y las declaraciones
que antaño realizó el propio técnico y en las que manifestó que jamás ficharía
por el Real Zaragoza estando en el club Agapto Iglesias.
Hasta el último instante Jesús
García Pitarch buscó con empeño más allá de Larraz por dos motivos principales
y perfectamente diferenciados. Por un lado podrían haber sido esas convicciones deportivas las que le hubiesen llevado a apostar por la experiencia y, por otro lado, la necesidad de buscar
algún aliado que estuviera presente en su día a día y que no tuviera nada que ver con Agapito Iglesias.
Estos dos motivos, y la desesperación ante la negativa de Abél, le llevaron a
pensar en Víctor Muñoz, entrenador experimentado y “enemigo” de Agapito. Las
diferencias entre el Director Deportivo y el máximo accionista no solo son
absolutas sino que además marcan muchas de las decisiones.
Jesús García Pitarch pudo haber embaucado a Víctor Muñoz al hablarle de un futuro Real Zaragoza con él y sin Agapito
Iglesias, el Director General sigue pensando que en un breve periodo de tiempo
el club será suyo, lo contrario piensa actualmente el máximo accionista. En el
contrato del nuevo técnico del equipo aragonés, al igual que en el firmado en
su día por Pitarch, figuraría una cláusula por la que Agapito no puede interferir
en ninguna de sus decisiones. Víctor Muñoz ha firmado por lo que resta de temporada
y la próxima campaña, pero, también al igual que sucede en el contrato de
Pitarch, existiría una cláusula por la que podría desvincularse del Real Zaragoza
al finalizar la Liga si alguna de las partes lo considerase oportuno,
entendiéndose por partes Agapito, por un lado, y los protagonistas por otro.
El Director General podría haber temído que la
llegada de Larraz pudiera debilitarle al ser una apuesta de Agapito, su “enemigo”.
Actualmente existen dos bandos bien diferenciados en el Real Zaragoza, por un
camino transitan Pitarch, Bruixola, Moisés y seguro que también el recién llegado
Víctor Muñoz, mientras que por otro lo hacen Agapito, Cuartero y Checa, quienes
han ganado muchos enteros ante el máximo accionista a lo largo de los últimos
días. A estos se hubiera unido Emilio Larraz, apuesta de Agapito. ¿Por qué no pensar así ante lo que está pasando?
Pitarch sabe
que la única forma de seguir en el Real Zaragoza es la de poder liderar un
grupo de compradores que se hagan con el club, es precisamente por esto por lo
que recluta y busca adeptos para su causa, él sabe que si Agapito sigue siendo el
máximo accionista será el primero en salir. Eso sí, todo esto a día de hoy, y
es que ya se sabe que en cuestión de tiempo todo puede cambiar en el Real
Zaragoza, no hay más que ver a Muñoz sentado en el banquillo de La Romareda. Cabe señalar que si, por casualidades o intereses
varios, Agapito y Pitarch siguieran en el club la próxima temporada, el
Director Deportivo, tal y como podría señalar su contrato, sumaría unos 300.000
euros más a ese 1.400.000 que cobra actualmente siempre y cuando el equipo
estuviera en Primera División, si se mantuviese en la Segunda habría que restar
esa cantidad a lo percibido actualmente.
Lo que no deja de sorprender, aunque por estas tierras estemos acostumbrados al esperpento, es que el nuevo entrenador no quiera tener relación alguna con el máximo accionista al igual que sucede de la forma inversa, también sorprende, claro está, la nefasta relación entre el Director General y Agapito Iglesias. Así es difícil el que la afición pueda mantener la confianza y la calma.
Así están y así son las cosas
hoy, mañana…no lo sé, está muy lejos.
QUIQUE RIVEROLA
"Si te tomas una venganza...no te quejes si te rodeas de aliados, pero también de enemigos ", Gabriel Carillo Navas