sábado, 7 de junio de 2014

La radio que vendió su alma. Los directores palquistas

Foto. Internet

Radio sin alma, trabajadores sumisos, directores interesados, chupopteros y abrazafarolas. Dóciles discursos escondidos tras palabras vacías. Voluntades muertas las que pululan por esa vetusta radio que se ubica en aquella tierra noble de cuyo nombre no logro acordarme. Adláteres del poder, estómagos agradecidos, pesebreros conocidos y profesionales de la mentira. Sumisos siempre ante los poderosos escondiendo tras sus ridículas críticas tardías sus actitudes mansas.

Cuentan las leyendas urbanas que en aquella radio alegal existía un director que junto a su mujer mandaba, ambos tenían como costumbre acudir babeando y con prisas a la sombra de quienes el poder poseían. Director y señora acudían cada domingo, o sábado si así tenía que ser, a presenciar los partidos del equipo de fútbol de su tierra ocupando localidad en el palco de autoridades. Curiosa actitud que no hacía más que demostrar la escasa libertad que pudieran tener en el medio que dirigían a la hora de atacar a quienes espacio les cedía en lugar tan privilegiado.  Oportunistas, populares y populistas a los que de lejos se les veía lo que les gustaba aparentar aun sin poseer apariencia.

Se dice que el director del medio aludido tuvo que frenar no hace mucho tiempo a uno de sus trabajadores que de lejos llegó para criticar, e incluso en ocasiones insultar, a quienes en el club deportivo mandaban. Una decisión que cuentan fue impuesta por uno de esos directivos cuya función es la de comunicar. No había otra, o frenar a dicho personaje o perder posición tan deseada en el palco, ubicación que mantienen desde mucho tiempo y de la que no era conocedor el máximo accionista de ese club pero si algunos de sus trabajadores. Plastas de los poderosos, pegotes, pelmas, petardos sin pólvora que intentaban e intentan alternar siempre con aquellos a quienes debían y deben juzgar. Pesados delgados de los que todos huyen. 

Cuentos de leyenda o leyendas de cuento. Fábulas del imaginario infantil que corresponden al mundo de los sueños. Escritor de mundos místicos. Leyendas urbanas que se convierten en fábulas imaginarias. Chismes, bulos, embustes o patrañas que si en algo se parecen a la realidad es pura coincidencia. Lo escrito…un cuento, sin más.

                                                   QUIQUE RIVEROLA

"La falsedad tiene alas y vuela, y la verdad la sigue arrastrándose, de modo que cuando las gentes se dan cuenta del engaño ya es demasiado tarde", Miguel de Cervantes. 

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