domingo, 25 de mayo de 2014

La radio que vendió su alma

Foto. Internet
En una tierra llena de sorpresas inesperadas, grandes espacios y buenas gentes, se encuentra una vetusta radio que aún a pesar de su antigüedad sigue soñando con una legalidad que no posee. La emisora aludida, además, cuenta con ventajas similares a las disfrutadas por quienes también tienen las obligaciones propias de quien paga su legalidad. Derechos similares al resto pero menos obligaciones. Contradicciones del país. Inexplicables realidades. En esa vieja emisora de río revuelto, y tras falsos discursos sentimentales que buscan conectar emocionalmente con el oyente, se esconden múltiples intereses egoístas y bastardos que abofetean a la verdad.

En esa tierra aludida, de cuyo nombre no logro acordarme, existe un club de fútbol cuyo trabajo es juzgado diariamente por la emisora señalada. Juicios interesados por individuos que ante el poder muestran su constante sumisión, veletas de la vida y falsos del día a día. Coincidentes y no compañeros que a las espaldas se faltan con frecuencia. Falsos de la vida. Chupópteros, abrazafarlas, correveidiles y lametraserillos. Adláteres del poder, estómagos agradecidos, pesebreros que debiendo servir al ajeno se sirven a si mismos.

En la tierra de las sorpresas, hace tiempo que no marchan bien las cosas para su equipo de fútbol, quizás fue por esto por lo que quien mandaba y manda, o quizás quienes mandaban sobre quien se supone que mandaba y manda, decidió hace algún tiempo otorgar la presidencia de la entidad deportiva a quien de otro mundo profesional llegaba. Rosas de espinas, espina de rosas. Con la llegada del nuevo presidente la vetusta radio vio llegar el maná soñado. Desde su llegada, y curiosamente tan solo hasta su marcha, el medio en cuestión recibió por parte del club una cantidad mensual, de 600 euros, que a través de su fundación, y como promoción de actividades de la misma, pagó puntualmente. Un maná soñado, en forma de dinero, que no solo no pareció lícito entonces sino que, además, pareció ser el impuesto revolucionario con el que se lograron comprar las voluntades de aquellos que se hacían llamar profesionales. Dicen también los rumores, realidad parece si tenemos en cuenta lo apuntado, que en ese vetusto medio un profesional crítico con las acciones del nuevo presidente, y las tropelías de ese club invadido y saqueado, escuchó estupefacto como se le prohibió entonces hablar mal del presidente que estuvo y ya se fue, imposición no aceptada por el protagonista aún sabiendo este que el camino de libertad emprendido tenía el final marcado.

Cuentos de leyenda o leyendas de cuento. Fábulas del imaginario infantil que corresponden al mundo de los sueños. Escritor de mundos místicos. Leyendas urbanas que se convierten en fábulas imaginarias. Chismes, bulos, embustes o patrañas que si en algo se parecen a la realidad es pura coincidencia. Lo escrito…un cuento, sin más. 


                                                   QUIQUE RIVEROLA

"El delito de los que nos engañan no está en el engaño, sino en que ya no nos dejen soñar que no nos engañarán nunca" Victor Ruiz Iriarte


2 comentarios:

  1. En aquella vetusta radio rige un veterano líder, popular salvador del reino, al que durante mucho tiempo acompañó su fiel cuentacuentos, un gran aficionado a las infusiones de tila... ¿o eran de valeriana?

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  2. aquella del despendolado "chato-chato" que se desayunaba con "agua del Carmen" y dos orugitos a las finas yerbas ?
    ...............¿Pero aun existe?

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