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En 1947 no sólo el miura Islero mató a
Manolete...ese año el Zaragoza dio con sus huesos en el infierno de la Tercera
División, una categoría en la que debutó con un equipo cogido con alfileres. A
comienzos de año el entrenador Sorribas tuvo que dimitir sustituyéndole
Soladrero. El equipo terminó tercero, una posición que le obligó a jugar un año
más en la división de bronce. Al terminar la temporada se hizo cargo del club Jesús Valdés, quien llegó con nuevos bríos, fue precisamente él quien
devolvió la ilusión a la triste y desesperada afición aragonesa. A partir de
esa campaña, temporada 48/49, el equipo comenzó a dar otras sensaciones con
Paco Bru en el banquillo. El ascenso se vio venir durante una campaña regular y
extraordinaria, aunque esta meta no se alcanzó hasta el último encuentro de
Liga tras empatar a dos contra el Atlético Baleares.
El Zaragoza regresó a la segunda división del
fútbol español y los aficionados volvieron a soñar con el regreso a la máxima
categoría una década después. A punto estuvo el equipo de alcanzar el objetivo
tras su primera temporada en la división de plata, pero el Zaragoza no pudo
pasar de la cuarta posición. Al finalizar esa campaña dimitió Jesús Valdés, y
fue José Descartín quien se hizo cargo de la presidencia, aunque su paso fue
fugaz, el 30 de enero de 1950 fue nombrado nuevo presidente del club Don Julián
Abril. Como responsable técnico se nombró a un Juanito Ruiz, quien pronto fue
sustituido por un Planas al que le fue imposible lograr el ascenso, el Zaragoza
volvió a ser cuarto.
QUIQUE RIVEROLA
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