Foto. Lluis Gené |
Al igual que sucedió con el
joven pastor que protagonizó el libro que con arte escribió Paulo Coelho, a
finales de los ochenta, sucede ahora con un Cesc Fábregas que parece soñar su
vida mientras vive sus sueños. El de Arenys de Mar, al igual que hiciera el
pastor Santiago en El Alquimista, también emprendió su duro viaje en busca de
su gran tesoro; alcanzar el éxito futbolístico con el que siempre había soñado. Y lo
encontró. Y volvió con la maleta llena de orgullo, fútbol, magia e ilusión.
Nadie mejor que Cesc para ser
consciente de las dificultades que entraña el triunfar bajo tu propio techo,
más aún cuando aún siendo de la casa los tuyos han tenido que desembolsar un buen
saco de millones habitualmente destinados a los de fuera. El catalán marchó
tras ser educado en La Masia y regresó siendo un gentleman con la capacidad
suficiente como para bailar bajo la arrítmica música de viento que en ocasiones
llegó desde la grada. Pero su fútbol, bañado en oro, produjo un efecto alquímico, un proceso de
transformación capaz de convertir los sueños en una bonita realidad. Fábregas
ha mostrado una enorme habilidad para mantener el equilibrio sobre el flexible
alambre del fútbol, esa ha sido la gran virtud que le ha permitido mantener la
calma en los momentos de mayor zozobra; su llave del éxito.
Cesc no es inmune a la
irregularidad con la que vive todo futbolista, él también está acostumbrado a
surfear sobre las curvas de rendimiento que son el suelo sobre el que pisa todo
deportista…pero Fábregas sabe esperar su ola con paciencia consciente de su
calidad. El de Arenys es quien prende la llama del fuego que posee Messi asociándose
con él como nadie sabe hacerlo, el centrocampista es el mejor celestino entre esa
relación que mantiene Pedro con el gol y quien mejor aparece cuando nadie lo
espera para aportar orden y desorden al mismo tiempo. Tiene gol y una fría definición
letal, pero es esa virtud que le permite convertirse en un generador de
ocasiones el mayor beneficio para los suyos y el mayor perjuicio para sus
rivales, los primeros logran más libertad y espacios al estar los segundos pendientes
de un Fábregas al que saben no pueden dejar solo ya que en cualquier momento
puede romper por cualquier lugar inesperado. Ahora, además, ha asimilado la
importancia que tiene su presión en el juego ofensivo de los suyos. Cesc hace
mucho aun cuando parece que no hace nada, su sola presencia aporta mucho ante
la nerviosa preocupación de quienes tiene enfrente.
Fábregas , en ocasiones,
puede parecer perdido porque no es de esos hipócritas que utilizan falsos aspavientos para llamar la atención aportando poco. Cesc posee el arte de
crear ilusión sin grandes alaracas, mucha imaginación y grandes dosis de fútbol
solidario que es capaz de convertir en arte un deporte callejero. El de Arenys regresó a Barcelona para ganarse
el derecho a ser titular y lo logró. Si se le muestra confianza sincera el
demostrará su calidad con constancia, en el Camp Nou y en la selección Su
magia, por inesperada, es fundamental y determinante... Sólo él es capaz de
sacar una chistera de un conejo cuando todos esperan que sea el conejo quien
salga de la chistera. Cesc Fábregas; El alquimista con magia.
QUIQUE RIVEROLA
"La magia es un puente que te permite ir del mundo visible hacia el invisible y aprender las lecciones de ambos mundos", Paulo Coelho.
QUIQUE RIVEROLA
No hay comentarios:
Publicar un comentario