miércoles, 4 de diciembre de 2013

Agapito se ha convertido en la presa fácil de los cazadores furtivos

Foto. Efe

A lo largo de los últimos tiempos Agapito Iglesias se ha convertido en la presa fácil para los múltipes cazadores furtivos que, desde sus viejas trincheras, disparan sus polvorientos mosquetones apuntando a una presa que antaño defendieron o cuando menos ignoraron. Ya no asusta quien asustó porque por el camino perdió la piel que le abrigó y que sirvió para ahuyentar a la mayoría. Quienes callaron denuncian ahora lo que no denunciaron en el pasado erigiéndose sin vergüenza en los salvadores de un club que fue muriendo ante sus cobardes miradas que parecían esconder intereses bastardos.

Sin duda alguna Agapito Iglesias es uno de los máximos responsables de la agonía por la que está pasando el Real Zaragoza, el soriano llegó al club aragonés por voluntad propia aunque supuestamente hipnotizado por prebendas varias que pudieron llegar desde el poder implantado entonces en la Diputación General de Aragón. Es por estos supuestos señalados por los que no hay que tener pena de quien se deja guiar por esa avaricia que es capaz de devorar al prójimo. Dicho esto, y conociendo todos las solitarias críticas que un servidor realizó al máximo accionista de la entidad aragonesa prácticamente desde que llegó a ella, no hay que olvidar que, supuestamente, fueron los poderes políticos quienes colaboraron en este "tinglao" que ya no aguanta carpas de plástico.

En su día pocos fueron los que criticaron la labor de Agapito Iglesias al frente del Real Zaragoza por miedo a perder sus posiciones o ayudas varias, razón tenían viendo como nos fue a quienes antaño denunciamos…ahora esos mismos atacan al máximo accionista cual valientes que vuelven a mirar a otro lado descargando sus mosquetones contra el soriano y obviando de nuevo a los que, supuestamente, colaboraron en la matanza del equipo aragonés. Miedo personal y desprecio a una profesión que también muere. 

Pretender encontrar una salida parcial a la situación del Real Zaragoza atacando tan solo a Agapito Iglesias es una muestra que evidencia que no se ha entendido nada de por qué llegamos hasta aquí. Un acto de cobardía que se repite desde hace mucho tiempo, cañonazos cobardes y de nuevo silencio. No es posible resucitar a un enfermo agonizante con la misma medicina que lo postró, pero tampoco se puede erigir en su defensor quien cuando pudo no hizo nada para evitar que enfermara… 


                                                          QUIQUE RIVEROLA


“Entre todos lo mataron y el solo se murió”. Sabiduría popular. 

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