Foto. Terminal Cero |
El
futbolista argentino Gabriel Milito tuvo su partido de despedida en el estadio
Libertadores de América de Independiente. El partido central, que enfrentó al
Independiente que en 2002 se proclamó campeón contra los “amigos de Gabriel”,
acabó con victoria local por 3-1, con un gol anotado por el propio homenajeado
y otro por Santiago, uno de sus hijos. Hoy, día en el que uno de los más
grandes cuelga las botas de forma oficial, siento tanta pena como alegría sentí
cuando se confirmó su fichaje por el Real Zaragoza.
Muchas
son las cosas que podría escribir de Milito el futbolista y de Gaby la persona,
pero en estos momentos prefiero recordar lo que escribí el mismo día en el que se
anunció su fichaje por el equipo aragonés minutos después de ser desechado por
el Real Madrid al no haber pasado el reconocimiento médico con la entidad madridista.
El artículo que voy a recordar fue escrito el 24 de julio y publicado en la primera
revista de Terminal Cero de la temporada 2003/04, concretamente el 31 de agosto.
Por aquel entonces un servidor contaba con 26 años, bendito pasado;
“Hoy
es 24 de julio, son las 4 de la tarde y me encuentro en la capital de la Costa
Dorada disfrutando de un luminoso día de playa. Teniendo en cuenta la hora que
marca mi relejo, es el momento oportuno de poner fin a una nueva mañana soleada.
Atrás dejo la siempre pegajosa arena y los preciosos cuerpos femeninos que han
distraído mi atención y que todavía se aferran a mi agradecida memoria.
En
la soledad de mi apartamento, con el cuerpo todavía caliente por el sol y por esos factores externos que tanto aprecio, vivo con entusiasmo una de esas noticias deportivas con las que sueño desde hace tiempo. Uno de esos grandes compañeros
de la prensa, el que con orgullo puedo llamar también amigo, me confirma la noticia a través del móvil; “Milito es oficialmente jugador del Zaragoza”. En ese preciso instante una gran alegría embarga mi humilde y bronceado cuerpo. Y,
aunque en un principio pueda parecer exagerado, desde este mismo momento soy consciente del tremendo salto cualitativo que ha dado el equipo zaragocista.
“El
Mariscal” es sin ningún tipo de dudas uno de los más grandes de este deporte
rey llamado fútbol. Gaby milito, posee una capacidad innata de liderazgo que le convierte en un importante referente dentro de un terreno de juego, su grandísima
personalidad se transmite magistralmente a todas las líneas del equipo. El nuevo
6 (casi nada con el numeríto) es un portento capaz de leer la jugada del rival
minutos antes de que se produzca, es un jugador lleno de virtudes que será un
ídolo para la grada de La Romareda como ya lo fue para la hinchada del Rojo. El
Real Zaragoza ha encontrado a su crack y yo he cumplido uno de mis sueños
futbolísticos, un día que estaba llamado a ser uno más se ha convertido en diferente
debido a la incorporación del central. Una buena comida, un buen vino y lo que
pueda llegar después será mi celebración. La Militomanía está a punto de
comenzar en la ciudad inmortal…yo ya la sufro, o mejor dicho, la disfruto”.
Gracias
a Dios todos mis vaticinios se cumplieron con creces. Pero hoy, aunque triste, esbozo
una sonrisa al considerar que tras el adiós del futbolista está el saludo de quien será uno de los más grandes entrenadores del futuro.
QUIQUE RIVEROLA
"En pocas palabras, un líder es un hombre que sabe adónde quiere ir, se pone de pie y va", John Erskine.
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